DESMINTIENDO LOS MITOS SOBRE EL HUEVO

El huevo ha tenido mala fama durante décadas, especialmente en lo que se refiere a las calorías y a sus efectos sobre el colesterol. Existen muchas creencias populares sobre este producto que giran en torno a su consumo, muchas de ellas, son falsos mitos sobre las propiedades de este alimento, su consumo y conservación.
Actualmente el huevo es uno de los alimentos más consumidos del mundo. Además, es uno de los alimentos más completos e imprescindibles en una dieta omnívora o vegetariana equilibrada y saludable.
Las propiedades del huevo cocido no son diferentes de las del huevo crudo ni tiene menos proteínas. De hecho, con la cocción del huevo, se facilita la digestión de las proteínas, se liberan vitaminas y minerales y su consumo es más seguro. Además, tomarlos sin cocer puede derivar en alguna enfermedad, entre ellas la salmonelosis, que se evitaría al pasarlos por el fuego.
Otro de los mitos que sigue arrastrando el huevo y que muchas personas piensan que es cierto es el de ser un alimento calórico, es decir no apto para dietas de adelgazamiento. En otras palabras, muchas personas piensan que el huevo engorda. Esto es falso, ya que los métodos de cocción intervienen en las propiedades nutricionales. Si es verdad que los huevos fritos son más calóricos, pero en el resto de casos tienen pocas calorías. Por eso, si queremos perder peso, no hay que evitar los huevos en nuestra alimentación.
Además, desayunar huevos tiene propiedades muy interesantes, ya que ayuda a estabilizar los niveles de azúcar a lo largo del día. Se ha comprobado que comerlos en lugar de un desayuno dulce ayuda a estabilizar los niveles de azúcar a lo largo de la mañana. La consecuencia es que uno se siente lleno más tiempo y tiene menos necesidad de comer a media mañana.
Otro de los mitos muy extendido, es que la cascara del huevo es toxica, esto no es cierto ya que la cascara esta compuesta por calcio y actúa como protector. No tiene ningún compuesto tóxico, así que no hay ningún peligro en ingerir un pequeño fragmento de cáscara con el huevo, siempre que se haya cocinado.
Por último, aunque no es imprescindible conservarlos en la nevera, sí que es lo más recomendable. Lo que tenemos que evitar son los cambios de temperatura ya que los huevos son extremadamente sensibles a las variaciones de temperatura, que afectan a su mecanismo de protección frente a los agentes externos. Es mejor conservarlos en la nevera y sacarlos solo antes de usarlos. También se pueden guardar en la nevera los huevos hervidos, pero sus propiedades se mantienen solamente durante una semana.
Ideas como que no conviene comer más de dos huevos a la semana, que sus nutrientes se encuentran en la clara y que la yema es lo que engorda por su alto contenido en colesterol son falsas.
En conclusión, el huevo es un alimento nutritivo, seguro, saludable y una buena opción para sustituir parte de la carne roja y carnes procesadas de nuestra dieta. Lo ideal es acompañarlos con verduras y hortalizas, cereales integrales o legumbres para mantener una alimentación saludable.