Del pollo se aprovecha todo

15/10/2020
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El pollo es uno de los alimentos que más se consume en España. Es una sabrosa alternativa al consumo de carnes más grasas y suele gustar a toda la familia. Además, tanto sus propiedades nutricionales como su alto contenido en proteínas, pueden ser muy beneficiosas para el organismo, convirtiéndolo en un alimento muy saludable tanto para niños como para personas mayores.

Las pechugas, los muslos y las alas del pollo es lo que se suele consumir más habitualmente, pero de este rico alimento se pueden aprovechar todos sus cortes. De hecho, en hostelería se utilizan incluso aquellas partes que habitualmente se suelen desechar, como son las patas o la carcasa.

Por ejemplo, las patas es una parte del pollo muy saludable gracias a los nutrientes y vitaminas que aporta al organismo. Las patas combaten problemas articulares y óseos, contribuyen al rejuvenecimiento de la piel por su contenido en colágeno, son beneficiosas para el estómago y, además, ayudan a luchar contra la gripe y el catarro.

Otra de las partes que poca gente aprovecha es la carcasa, la cual es perfecta para elaborar sabrosos caldos, aportando, además, propiedades antiinflamatorias y calmantes.

Hasta el hígado, cuello y corazón picados son fantásticos para dar intensidad a la farsa de unos canelones, a unas croquetas o al sofrito del arroz.

Lo mismo pasa cuando cocinamos pollo asado; siempre quedan sobras que poca gente aprovecha. Esas sobras se pueden reciclar. Por ejemplo, con los huesos se pueden hacer caldos o utilizarlos para cocinar arroces. Además, si en el esqueleto ha quedado algo de carne, se puede desmenuzar para preparar bocadillos, ensaladas, rellenar patatas o, incluso, hacer croquetas.

A la plancha, empanado, guisado, al horno… Existen muchas formas de cocinar el pollo y todas sus partes, como acabamos de ver, se pueden aprovechar. ¡El pollo da mucho, pero que mucho juego en la cocina!